Beneficios del Soporte Nutricional Domiciliario en Argentina

El soporte nutricional domiciliario (SND) se ha consolidado en Argentina como una estrategia sanitaria clave para mejorar la calidad de vida de pacientes que requieren nutrición enteral o parenteral prolongada, sin necesidad de permanecer internados. Este modelo de atención combina la seguridad clínica con el bienestar social, ofreciendo ventajas no solo a quienes lo reciben, sino también a sus familias y a los financiadores del sistema de salud.

En primer lugar, el impacto sobre los pacientes es altamente positivo. El hecho de poder continuar su tratamiento en el hogar reduce la exposición a infecciones intrahospitalarias, lo cual es especialmente importante en personas inmunocomprometidas o con enfermedades crónicas. Además, permanecer en un entorno conocido favorece la adherencia al tratamiento, reduce el estrés emocional y promueve una recuperación más integral. Los pacientes en SND refieren mayor satisfacción y mejor percepción de su calidad de vida que aquellos que permanecen internados por períodos prolongados. Asimismo, la continuidad del soporte nutricional en el hogar garantiza un adecuado aporte calórico y proteico, lo que se traduce en mejor evolución clínica, menor incidencia de complicaciones y, en muchos casos, aumento de la sobrevida.

Los beneficios para las familias son evidentes. La posibilidad de tener al paciente en casa facilita la reorganización de la vida cotidiana, evita largas estadías hospitalarias y permite mantener la cercanía afectiva, lo cual es fundamental tanto para el enfermo como para su entorno. Aunque el SND requiere capacitación inicial para el manejo de sondas, bombas de infusión o sistemas de control, la experiencia demuestra que los cuidadores familiares adquieren rápidamente. Esto genera una participación activa en el cuidado, reduciendo la angustia que suelen provocar las internaciones prolongadas. Además, la atención domiciliaria disminuye los costos indirectos que afectan a las familias, como traslados, ausencias laborales o gastos adicionales asociados a la hospitalización.

Un tercer aspecto relevante es el impacto positivo sobre los financiadores del sistema de salud —obras sociales, prepagas y el propio Estado—. La internación hospitalaria prolongada representa un gasto elevado y, en muchos casos, innecesario si el paciente puede ser manejado de manera segura en su hogar. El SND permite optimizar los recursos, reduciendo costos sin afectar la calidad del tratamiento. Se calcula que el ahorro puede ser significativo, ya que el costo de una cama hospitalaria supera ampliamente al de un programa domiciliario integral que incluye insumos, equipamiento y visitas de profesionales. Además, al disminuir las complicaciones asociadas a la hospitalización (como infecciones o desnutrición secundaria), también se reducen las reinternaciones, lo que genera un círculo virtuoso de eficiencia y sustentabilidad.

Finalmente, el soporte nutricional domiciliario se enmarca en una concepción más amplia de la salud: no se trata solo de prolongar la vida, sino de mejorar la experiencia de la enfermedad, respetando la dignidad y la autonomía del paciente. En Argentina, cada vez más instituciones incorporan programas de SND, lo que refleja su efectividad y la necesidad de expandir este modelo para alcanzar a un mayor número de beneficiarios.

En conclusión, el SND constituye una estrategia altamente beneficiosa para pacientes, familias y financiadores. Mejora la calidad de vida, reduce complicaciones, favorece la participación familiar y optimiza los recursos del sistema de salud. Su promoción y expansión en el país representan un paso fundamental hacia un modelo de atención más humano, eficiente y centrado en la persona.

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Dr. Marcelo Héctor Puga (MN 94008, MP 224619)

Director Médico Nutrihome SA
Especialista en Terapia Intensiva